8 de abril de 2013

Megan III

No importaba cuanto se esforzara, aquel hechizo estaba decidido a escurrirse de su cabeza. Llevaba toda la noche estancada en la misma página de su libro sin poder avanzar un centímetro, por decirlo de alguna forma que se comprenda. Megan cerraba los ojos y veía como las distintas constelaciones se alineaban a su alrededor, le entregaban su preciado poder... pero entonces todo se detenía y abría los ojos de improviso, encerrada de nuevo en su habitación.

Lo había intentado de todo y no lograba nada. Enfurecida, comenzó a pasar hoja tras hojas, buscando algo que pudiera ayudarla a salir de este embrollo. En un apartado leyó que necesitaba más energía vital para desarrollar el hechizo. Entonces tenía que estar más activa, podía hacer eso. Hizo un breve calentamiento, trotó unos cuantos minutos alrededor de su cama, verificó su ritmo cardíaco para comprobar si estaba bombeando más sangre. Se preparó para realizar el hechizo, sintió las constelaciones y nada pasó.

Regresó al libro más enojada que antes y pasó las hojas con violencia hasta llegar a la indicada. Entonces lo vio, una pequeñísima nota al pie de la página que había pasado por alto. Rebuscó en sus cajones hasta encontrar su lupa, acercó la vela y se dispuso a leer.

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Fuente Imagen
"Nota: Para realizar este hechizo en luna llena es necesario recitar la invocación acompañada de los trinos de un zorzal".

Miró hacia la jaula con enfado y vio al pájaro muerto hace tiempo, con su cabeza aplastada para incorporar sus sesos al brebaje que hervía en la chimenea. Cerró el libro suspirando, tomó el caldo y lo botó por la ventana. Tendría que buscar otro pájaro antes de hacer un nuevo intento.

-Al menos deberían advertirte que necesitas al maldito pájaro vivo- reclamó mientras aplastaba el resto del cadáver entre sus dedos.

Autora: Ratona De las calabazas.

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