28 de noviembre de 2012

De sustos y disgustos

Para todos es normal escuchar relatos de fantasmas, aparecidos y ánimas. Que ven una sombra extraña, una fuerza salida de la nada cierra la puerta por fuera, escuchan que son llamados por su nombre cuando no hay nadie cerca. Las presencias de los difuntos son tan comunes que muchas personas ya no les tienen miedo. Es más, el cine solo ha potenciado esta insensibilización a punta de películas repetidas, mal planteadas, con tramas flojas y efectos especiales de tercera o cuarta categoría.

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Esta realidad me hace sentir triste y algo frustrada. Sobretodo cuando te esfuerzas tanto como yo en una labor tan poco apreciada. La última vez quise sorprender a un mortal en un momento inadecuado: cuando estaba en el baño. Azoté fuertemente la puerta cerrada, prendí y apagué las luces y agregué un poco de atmósfera terrorífica. Él solo respondió: "Está ocupado".


Autora: Ratona De las calabazas.

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