La princesa Primavera es una
excelente cocinera. Complace a palacio y a los invitados con sus delicias
culinarias, atrae visitantes de todos los reinos cercanos y lejanos. Primavera
no es cualquier cocinera. Ella prepara exquisitos platillos con ingredientes al
dedillo. En ningún otro reino se puede
saborear las pastas con achicoria sin salpimentar. Los comensales se regocijan
cuando prueban sus papas fritas y piden con fervor más zanahorias al morrón.
Pero la princesa Primavera tiene
un grave problema. Cuando ella cocina solamente improvisa y olvida anotar lo
que pronto va a olvidar. Los reyes, muy preocupados, han consultado consejeros
y sabios. “Primavera no tiene ningún remedio” les ha dicho el consejero del
medio. “Primavera madurará a su tiempo y ya nada hará sin tiento” replica con
soltura el sabio de más altura. “Primavera necesita un susto, uno grave sin
duda, uno que le enseñe a ser ordenada y nunca olvide una receta realizada” les
dice un consejero bigotón con aires de sapiencia mientras se rasca las orejas
con aspecto bonachón.
Los reyes deciden aplicar este
plan y se preparan a su hija un gran susto dar. Primavera cocinaba sin parar
día y noche, cuando se le acerca su madre y le dice con reproche: “Siempre
estás cocinando, para extranjeros y visitantes, y nunca nos preparas algo a mí
y a tu padre. Primavera le dice: “No hace falta más espera. Un platillo
especial tendrán para la cena”. Y la princesa cocinó con esmero y ahínco, más
olvidó como siempre cada paso que hizo. A la hora de la cena les ofrece
orgullosa bombones de espinaca, estofado de cebollín y empanada de mandioca.
Todos los comensales disfrutan tan singular festín, pero nadie vio como los
reyes se ponían de acuerdo con un mohín.
“Me ahogo, me muero” gritó de
pronto el rey. “Es alérgico ha algo comido” dice la reina, ahogando un bufido.
“Dime, Primavera, ¿qué ingredientes usaste?” pregunta el consejero bigotón. Y
Primavera llora a mares, porque olvidó todo de un sopetón: “Tan solo debí
anotarlo, ser ordenada y calmada. Ahora mi padre muere por ser tan
atolondrada”. Cuando ven su arrepentimiento los reyes y consejeros deciden
terminar con todo el teatro y el esmero.
“No llores más mi niña, mi vida
no peligra. Pero no olvides anotar tus pasos y ser más cuidadosa”. Primavera
salta de alegría al ver a su padre vivo y desde ese día anota cada cosa sin
justificativo. Primavera la princesa cocinera hoy es ordenada y compuesta,
anotando todas sus ideas en su libro de recetas.
Autora: Ratona De las calabazas.
Autora: Ratona De las calabazas.
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