8 de enero de 2013

Ritual

Antes de comenzar, comprobó una vez más que tuviera a mano todos los implementos necesarios: brebaje, altar, velas y, lo más importante, el hechizo. Una vez que hubo verificado que cada uno de los aspectos estuvieran correcto, comenzó el ritual.
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Se sacó sus ropas profanas y se colocó la vestidura sagrada. Apagó todas las luces, dejando el recinto casi completamente a oscuras, solamente iluminado por las lejanas y pequeñas velas. Tomó su lugar en el altar y bebió el brebaje dejando que el cálido líquido blanco se deslizara poco a poco por su garganta. Una vez que terminó por completo el contenido del cáliz, se colocó en posición horizontal, preparada para pronunciar las mágicas palabras:

-Por favor, por favor, por favor, déjame dormir esta noche, te lo suplico. Estúpido insomnio, vete de aquí y déjame dormir esta noche.

Luego dejó el vaso de leche en el velador, se tapó hasta el cuello con las frazadas, se giró e intentó, una vez más, dormirse temprano.

Autora: Ratona De las calabazas.

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