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Ella era una joven romántica y enamoradiza. Era una niña enamorada del
amor. Como susa mores humanos no se asemejaban a los leídos, comenzó a
recolectar amantes de ficción. Poemas, sonetos, odas. Bécquer, Neruda,
Baudelaire. Los versos reemplazaban a los besos, las estrofas semejaban
las caricias en la piel. Mil amores literarios tuvo en su vida, mil
pasiones traspasadas del papel. Mas su sueño era inspirar un poema, que
su propia pasión llenara a otros, que su fuego casi extinto quedara
perpetuada en su gran amor. Pero su sueño fugaz no llegó a cumplirse.
Sólo alcanzó para breve narración.
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