11 de diciembre de 2012

Plegarias

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En el nacimiento del mundo, cuando la deidad creadora se afanaba en darle hermosas figuras a los seres vivo primigenios, las plantas comenzaron a adorar a su Dios. Muchas produjeron aromáticas y hermosas flores, otras crearon formas extravagantes o las más particulares hojas. Otras tantas maravillaban con sus deliciosos frutos, compitiendo todas por la gracia divina. Pero fue una humilde planta la que llamó la atención de la deidad creadora. Era una pequeña planta, suculenta y colgante, cuyas hojas habían adoptado la forma de diminutas esferas. Una esfera por cada plegaria a su Dios, infinitas en su constante crecimiento.

Según los científicos su nombre es Senecio rowleyanus. Pero los Cielos cantan glorias a su verdadero nombre: Rosario.

Autora: Ratona De las calabazas.

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