19 de diciembre de 2012

Vueltas

Simeón se paseaba por el linving moviendo la cola de un lado para otro. En un momento se subía al sillón, en otro intentaba rasgar las cortinas trepándose en ellas. Luego regresaba al suelo y volvía a pasearse moviendo la cola. Cuando llegó su dueño le maulló incesantemente, con una mueca apesadumbrada en su rostro. Esperó a que el hombre se sacara el abrigo mojado, dejara el paraguas escurriendo y, finalmente, se sentara en el sillón encendiendo el televisor. Entonces Simeón subió de un salto en su regazo, afiló sus garras en los pantalones húmedos y luego de un par de vueltas se enroscó para dormir.

-¡Vaya!- exclamó el hombre mientras rascaba las orejas de Simeón- Parece que no soy el único que se deprime con la lluvia.

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Fuente Imagen
Autora: Ratona De las calabazas.

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