5 de diciembre de 2012

El dragón y su tesoro

Todo el mundo sabe que los dragones aman sus tesoros. Duermen sobre ellos, los protegen y matan a cualquiera que ose acercarse a ellos. Y así como sabemos esto también sabemos que siempre habrá aventureros que intenten robarle su tesoro al dragón. Pues bien, yo soy uno de esos aventureros y esta es mi historia.

La ubicación de la guarida era conocida por todos pero nadie nunca se atrevía entrar, ni siquiera pasaban por las cercanías. Una gran cueva, oscura y caliente por el aliento del dragón, se encontraba hacia la derecha del camino. Su acceso era bastante ameno, su interior no. Me armé de valor y di mis primeros pasos en el interior de la cueva.

Para mi sorpresa, el dragón no se veía por ninguna parte. Al poco andar pude sentir unos fuertes ronquidos que provenían de la parte más alejada y profunda de la cueva: ¡Cuál fuera mi suerte, el dragón está dormido! Sin poder dominarme me acerqué rauda al tesoro y simplemente no lo podía creer. Diamantes, perlas, rubís, oro, plata, malaquitas, nefritas, jades, topacios, amatistas... y escondido entre tantas piedras preciosas y monedas un glorioso zafiro del cual no pude despegar mis ojos.

Tomé todo lo que cupo en mi bolsa y cargada con su peso me dirigí a la salida, solo para encontrarme frente a frente con el dragón. Y quién diga que los dragones no dan miedo de seguro nunca ha visto uno. Sus ojos rojos chisporroteaban odio, por los orificios nasales emana humo que no auspiciaba nada bueno y su hocico... bueno, para que hablar de lo obvio. Pero no fue una ardiente llamarada lo que salió de sus fauces, sino un peculiar ofrecimiento:

-Solo puedes llevar uno. Tendrás que escoger.

Ante la sorprendente propuesta no titubee más de dos segundos. Regresé a dejar todo mi botín a su lugar (para en agrado del dragón) y volví con mi amado zafiro en las manos. El coloso ser me miró con desprecio, retrocedió unos instantes y anotó algo en un inmenso registro.

-Lo debes devolver en una semana. Sin retraso.

Y con la condena del dragontecario acuestas, me alejé paso a paso de la bibliocueva.

http://www.ige.org/WebRoot/acens/Shops/ige_org/4B0D/2B57/F097/6209/C91F/0A01/00CB/D67F/L014_zafiro_tailandia_zonado.JPG
Fuente Imagen


Autor: Ratona De las calabazas.

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