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La Tierra,como siempre, avanzaba tranquilamente por la Vía Láctea mientras bailoteaba con su amiga Luna. De pronto, sintió unas cosquillas en su costado que provocaron unas risas instantáneas.
-¿Qué te pasó, de qué te ríes?-le preguntó curiosa la Luna.
-Estos humanos, para variar-le respondió la Tierra-. No sé por qué pero cada tanto les da por celebrar y me dan muchas cosquillas. Pero no me alcanzo a rascar.
-Si quieres te ayudo a rascarte-le propuso su amiga, ayudándola a calmar su picazón.
Y así fue como un año nuevo cualquiera la humanidad fue destruida por grandes oleajes y terremotos de proporciones apocalípticas. Lo bueno es que la Tierra y su amiga Luna pudieron continuar con sus eternos paseos sin más cosquillas molestas.
Autora: Ratona De las calabazas.
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