La nieve cubría toda la calle, durante la noche se había acumulado un gran espesor. Todos los niños corrían contentos, intentando mejorar su puntería para darse unos a otros con grandes bolas húmedas mientras reían a carcajadas.
Eso vi en mi televisión cada Navidad cuando pequeña y siempre quise poder disfrutar una Noche Buena y una Blanca Navidad, pero en el Hemisferio Sur solo nos toca calor y más calor. Pero ya no más. Hoy mi sueño se ha hecho realidad y puedo dar y recibir regalos mientras hago Ángeles de Nieve... ¡Gracias, calentamiento global!
Autora: Ratona De las calabazas
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